El siguiente poema es de Michel Feugain, un poeta y un amigo al que entrevistamos hace tiempo. Está traducido del francés al español. Esperamos que les guste.
Si no fueras tan blanca tan pura Te llamaría Nieves
Si no fueras tan suave tan tierna Vestiría tu corazón con tela de seda
Si no fueras tan hermosa No explicaría tu delicadeza
Lo eres todo Alivio para mis ojos cansados Dulce en esta vida de amargura Sonrisa en este paisaje asolado Mano tendida al otro en la soledad
Me cuesta escribirte un poema Eres poema en su pureza
viernes, 31 de octubre de 2008
Poema de Halloween 2004 Francisco Álvarez Hidalgo
Fría es la noche, y el temor es frío, cruje bajo los pies rígida escarcha, y es la sangre en las venas como un río que bajo el hielo lentamente marcha. Fría es la luz filtrándose en la sala, fríos los candelabros extinguidos, y húmedo el frío que los huesos cala por la piel de los miembros ateridos. Y hay frío en el hogar, y en el ambiente del cuadro de sombríos personajes de apática mirada indiferente luciendo aristocráticos ropajes. Y cada noche oscura se despegan del lienzo en la pared las pinceladas en formas incorpóreas, y navegan, sombras sin sombra, en lóbregas jornadas. Ni hay eco de pisadas, ni hay aliento, sólo un avance en flotación ligera, como una ráfaga glacial de viento a través de la grieta en la vidriera. Pasaron ante mí, mas no me vieron, ni yo les ví, tan sólo su presencia se hizo sentir, y cómo estremecieron mis sentidos desde su transparencia. Alcé la vista al cuadro sobre el muro y sus espacios ví blancos, vacíos... Sólo una joven de cabello oscuro quedaba, con sus ojos en los míos. Una sonrisa afable florecía sobre sus labios tenuemente rojos, mezcla de amor y de melancolía, y no pude apartar de ella mis ojos. Me acerqué a la pintura, seducido por un misterio tan incomprensible, y al rozar con los dedos su vestido me circundó un calor irresistible. Pero mi espalda percibió al instante la frialdad del grupo en su regreso; la miré una vez más, y su semblante me pareció la encarnación de un beso. Y aquella noche tuve que dejarla, mas cada día paso hora tras hora contemplando el retrato, y al mirarla siento que cada vez más me enamora.
Cerca de cincuenta años caminando contigo, Poesía. Al principio me enredabas los pies y caía de bruces sobre la tierra oscura o enterraba los ojos en la charca para ver las estrellas. Más tarde te ceñiste a mí con los dos brazos de la amante y subiste en mi sangre como una enredadera. Luego te convertiste en copa.
Hermoso fue ir derramándote sin consumirte, ir entregando tu agua inagotable, ir viendo que una gota caída sobre un corazón quemado y desde sus cenizas revivía. Pero no me bastó tampoco. Tanto anduve contigo que te perdí el respeto. Dejé de verte como náyade vaporosa te puse a trabajar de lavandera, a vender pan en las panaderías, a hilar con las sencillas tejedoras, a golpear hierros en la metalurgia. Y seguiste conmigo andando por el mundo, pero tú ya no eras la florida estatua de mi infancia. Hablabas ahora con voz férrea. Tus manos fueron duras como piedras. Tu corazón fue un abundante
manantial de campanas, elaboraste pan a manos llenas, me ayudaste a no caer de bruces, me buscaste compañía, no una mujer, no un hombre, sino miles, millones. Juntos, Poesía, fuimos al combate, a la huelga, al desfile, a los puertos, a la mina, y me reí cuando saliste con la frente manchada de carbón o coronada de aserrrín fragante de los aserraderos. Y no dormíamos en los caminos. Nos esperaban grupos de obreros con camisas recién lavadas y banderas rojas.
Y tú, Poesía, antes tan desdichadamente tímida, a la cabeza fuiste y todos se acostumbraron a tu vestidura de estrella cotidiana, porque aunque algún relámpago delató tu familia cumpliste tu tarea, tu paso entre los pasos de los hombres. Yo te pedí que fueras utilitaria y útil, como metal o harina, dispuesta a ser arado, herramienta, pan y vino, dispuesta, Poesía, a luchar cuerpo a cuerpo y a caer desangrándote.
Y ahora, Poesía, gracias, esposa, hermana o madre o novia, gracias, ola marina, azahar y bandera, motor de música, largo pétalo de oro, campana submarina, granero inextinguible, gracias, tierra de cada uno de mis días, vapor celeste y sangre de mis años, porque me acompañaste desde la más enrarecida altura hasta la simple mesa de los pobres, porque pusiste en mi alma sabor ferruginoso y fuego frío, porque me levantaste hasta la altura insigne de los hombres comunes, Poesía, porque contigo mientras me fui gastando tú continuaste desarrollando tu frescura firme, tu ímpetu cristalino, como si el tiempo que poco a poco me convierte en tierra fuera a dejar corriendo eternamente las aguas de mi canto.
Hoy siento en el corazón un vago temblor de estrellas, pero mi senda se pierde en el alma de la niebla. La luz me troncha las alas y el dolor de mi tristeza va mojando los recuerdos en la fuente de la idea.
Todas las rosas son blancas, tan blancas como mi pena, y no son las rosas blancas, que ha nevado sobre ellas. Antes tuvieron el iris. También sobre el alma nieva. La nieve del alma tiene copos de besos y escenas que se hundieron en la sombra o en la luz del que las piensa.
La nieve cae de las rosas, pero la del alma queda, y la garra de los años hace un sudario con ellas.
¿Se deshelará la nieve cuando la muerte nos lleva? ¿O después habrá otra nieve y otras rosas más perfectas? ¿Será la paz con nosotros como Cristo nos enseña? ¿O nunca será posible la solución del problema?
¿Y si el amor nos engaña? ¿Quién la vida nos alienta si el crepúsculo nos hunde en la verdadera ciencia del Bien que quizá no exista, y del Mal que late cerca?
¿Si la esperanza se apaga y la Babel se comienza, qué antorcha iluminará los caminos en la Tierra?
¿Si el azul es un ensueño, qué será de la inocencia? ¿Qué será del corazón si el Amor no tiene flechas?
¿Y si la muerte es la muerte, qué será de los poetas y de las cosas dormidas que ya nadie las recuerda? ¡Oh sol de las esperanzas! ¡Agua clara! ¡Luna nueva! ¡Corazones de los niños! ¡Almas rudas de las piedras! Hoy siento en el corazón un vago temblor de estrellas y todas las rosas son tan blancas como mi pena.
En qué cuento te leí? ¿En qué sueño te soñé? ¿En qué planeta te vi antes de mirarte aquí? ¡Ah! ¡No lo sé..., no lo sé!
Pero brotó nuestro amor con un antiguo fervor, y hubo, al tendernos la mano, cierta emoción anterior, venido de lo lejano. Tenía nuestra amistad desde el comienzo un cariz de otro sitio, de otra edad, y una familiaridad de indefinible matiz...
Explique alguien (si lo osa) el hecho, y por qué, además, de tus caricias de diosa me queda una misteriosa esencia sutil de rosa que vienen de un siglo atras...
lunes, 22 de septiembre de 2008
Se acerca el otoño
El otoño se acerca con muy poco ruido: apagadas cigarras, unos grillos apenas, defienden el reducto de un verano obstinado en perpetuarse, cuya suntuosa cola aún brilla hacia el oeste.
Se diría que aquí no pasa nada, pero un silencio súbito ilumina el prodigio: ha pasado un ángel que se llamaba luz, o fuego, o vida.
Y lo perdimos para siempre.
Ángel González
martes, 16 de septiembre de 2008
Unas aportaciones de Jesús Murillo Camacho que agradecemos de todo corazón.
Es una lástima que no estés conmigo cuando miro el reloj y son las cuatro y acabo la planilla y pienso diez minutos y estiro las piernas como todas las tardes y hago así con los hombros para aflojar la espalda y me doblo los dedos y les saco mentiras.
Es una lástima que no estés conmigo cuando miro el reloj y son las cinco y soy una manija que calcula intereses o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas o un oído que escucha como ladra el teléfono o un tipo que hace números y les saca verdades.
Es una lástima que no estés conmigo cuando miro el reloj y son las seis. Podrías acercarte de sorpresa y decirme "¿Qué tal?" y quedaríamos yo con la mancha roja de tus labios tú con el tizne azul de mi carbónico.
miércoles, 27 de agosto de 2008
Soneto definiendo al amor y a sus contrariedades
Borrasca disfrazada en la bonanza; engañoso deleite de un sentido; dulzura amarga; daño apetecido alterada quietud; vana esperanza.
Perenne manantial de sentimientos; efímera aprehensión que experimenta dolorosas delicias y escarmientos.
Azarosa fortuna; cruel, violenta zoszobra; sinsabor; desambrientos; risa en la playa y, en el mar, tormenta.
-Margarita de Hickey yPellizzoni-
sábado, 23 de agosto de 2008
A un olmo seco
Al olmo viejo, hendido por el rayo y en su mitad podrido, con las lluvias de abril y el sol de mayo algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina que lame el Duero! Un musgo amarillento le mancha la corteza blanquecina al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores que guardan el camino y la ribera, habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera va trepando por él, y en sus entrañas urden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero, con su hacha el leñador, y el carpintero te convierta en melena de campana, lanza de carro o yugo de carreta; antes que rojo en el hogar, mañana, ardas en alguna mísera caseta, al borde de un camino; antes que te descuaje un torbellino y tronche el soplo de las sierras blancas; antes que el río hasta la mar te empuje por valles y barrancas, olmo, quiero anotar en mi cartera la gracia de tu rama verdecida. Mi corazón espera también, hacia la luz y hacia la vida, otro milagro de la primavera.
Hoy les dejamos un poema de un nuevo amigo de esta página, Orfeo, quien nos ha dejado presentar aquí uno de sus poemas. Con su permiso le hemos adjuntado una imagen. No olviden visitar su blog.
Soy un pintor de sueños De aquellos que al pasar el pincel En donde cada centímetro de la tela Va marcando y delineando Tu hermosa figura mujer madura
Soy un pintor de sueños De aquellos que al pasar el pincel Se sonrojan las pinturas Por posarse en tus espacios acuarelas y pincel haciéndote gemir
Soy un pintor de sueños De aquellos que al pasar el pincel te hace sentir un amor duradero Ese que al caer la tarde te trae un lucero
Amante mujer que seduces al pintor Con esa mirada de mujer madura que haría yo sino posaras para mi Olvidarte no podría solo llevarte conmigo aplacaría esa sed de amor
Amante mujer que seduces al pintor Con esa mirada de mujer madura Por mas que quisiera no podría perderte Y eso que acabo yo a ti conocerte después de 15 años de pintura...
pez mecido entre un aire o suspiro, en ese agua surtida de una mirada que cuelga entre los árboles, oh pez plata, oh espejo.
Junio caliente viento o flores mece, corro o niñas, brazos como besos, sueltas manos de junio que aparecen de pronto en una nieve que aún me llora.
Cuerdas, dientes temblando en las ramas; una ciudad, la rueda, su perfume; mar, bosque de los verde, verde altura, mar que crece en los hombros como un calor constante.
Yo no sé si este hilo que sostiene dos corazones, láminas o un viento, sabe ceder a un rumor de campanas, péndulo dulce a un viento estremecido.
Niñas solo perfiles, dulcemente ladeados, avanzan -miedo, miedo-; dos corazones tristres suenan, laten, rumor de unas campanas sin destino.
Junio fugaz, alegre primavera, árboles de lo vivo, peces pájaros, niñas color azúcar devanando un agua que refleja un cielo inútil.
Desde la ventana observo la lluvia, la gente apurada que pasa sin ver, el cielo plomizo me trae tristezas, y vienen nostalgias todas...en tropel.
Veo allí a lo lejos venir a mi encuentro, a alguien que busca refugio en el bar, su grácil figura me arrima recuerdos, de lindos momentos que lejos...están.
Sacude su pelo las gotas me mojan, trayendo un perfume con olor a mar, me pide disculpas un poco cohibida, pensé tantas cosas que lindo...es soñar.
De que extraño sitio brotó esa figura, exótica y dulce bella aparición, el bar hace un rato lucía tan triste, se llenó de luces y primó...la emoción.
Corren muy aprisa las cosas pasadas, que bueno sería que quieran parar, para que despacio vuelva a disfrutarlas, y cerrando los ojos las pueda...atrapar.
Tal vez nunca sepa que con su presencia, el destino quiso ponerla ante mí, me alegró el alma y esa gris mañana, volé en su mirada al joven...que fui.
Este poema es de uno de nuestros lectores amigos. Su nick es orel. Lo expuso un día en el canal poesia amistad y no resistios el impulso de pedirle autorización para mostrarlo. La poesía no es siempre triste ni siempre feliz, también es graciosa y si no lean.
Leperos vindicados
Leperos, gente afanada industriosa y sencilla gente estigmatizada por chistes de pacotilla.
Arrastran con gran dignidad el peso de los simplones que les achacan sin piedad los chistes mas facilones.
Las cosas que aquí yo cuento les pasan a los hispanos dado que es el momento de compartir como hermanos.
Los hispanos van en tropel al medico, porque ¡pardiez¡ en la puerta dice un cartel "Consultas: de ocho a diez".
Los hispanos con formación ponen ajos en la calle, mejoran la circulación, y eso es todo un detalle.
En su vivienda, el español hace ventanas redondas para que pueda entrar el sol, quedan casas muy cachondas.
El buen amigo Pacheco champú no usa al ducharse pues pone "Para pelo seco" y el acaba de mojarse.
¿Y que decir de la cruzada de arrancar todas las plantas buscando la raíz cuadrada?, solo quedan unas cuantas.
En Hispania, muchas gentes van de smoking a la óptica a la graduación de sus lentes ¡Que cosa tan exótica¡.
Se ve a mas de un hispano hacerse aire con serrucho "!El aire de la sierra es sano¡" oyeron a un medicucho.
Casi todo buen hispánico de vampiro y con arado para sembrar el pánico anda siempre trajeado.
Ponen en una tela patatas en la ventana, cuando hace un frío que pela se ahorran media mañana.
Se utilizan muchos fondos y gastan muchos caudales en hacer sobres redondos para mandar circulares.
Cuando una avioneta cayó en el mismo camposanto en las noticias se oyó "Seis mil muertos, ¡que espanto¡"
Del avión salta el muy lelo con un frasco en la cabeza "Para caídas de pelo" vio que en su etiqueta reza.
En moto llevan pijama con otras cosas absurdas que llevan de buena gana ¡para tumbarse en las curvas¡.
Le dicen, "arranca el tractor" contesta él asombrado y con un cierto candor "Yo no lo veo plantado"
Para que ría un domingo se le cuenta a un hispano un chiste el martes y ¡bingo¡ el jueves si es chabacano.
El fax es de un hispano siempre que veas en ello cuando esté en tu mano que lleva un bonito sello.
Aquel hispano estudió diez horas en su cocina el medico le prescribió "Un examen de orina"
A un hispano alguien pidió "dame algo funda-mental" y el hispano aquel le dió su boina, como es normal.
En un anuncio de prensa al lado del utensilio la leyenda no es extensa "Pinto casas a domicilio"
Doce hispanos muy osados al polo fueron a jugar por mas que fueron buscados no se les pudo encontra.
Aquel médico era la hostia "!Doctor, que tal la operación¡" "!Anda¡ ¿No era una autopsia?" y así acaba esta función.
(Orel. 23 de octubre de 1998)
Y si leerlo es una carcajada constante, esperen, le hemos pedido que nos grabe este poema y aquí tienen.
Una de nuestras lectoras, Mariciel, nos ha hecho llegar estos tres poemas. Esperamos que los disfruten
La Soledad
devastadora figura
la tenemos , no la amamos.
Ella no nos abandona,
nos ayuda y no la amamos.
Encontramos la compañía,
y la devastadora figura,
finalmente se va.
Se va el dolor...
y aparece el Amor.
******
Mi corazón dormido
Mi corazón dormido
al tener tu amor
volvió a latir de nuevo
Al darme tu fe, calor, y amor
para poder amar otra vez
mi cuerpo volvió a amar
Mi amor ser tuya
me dio la paz y confianza
perdida ya
Mi amor quiero estar en tus sueños
tu, en los míos has logrado estar
y quiero en tus brazos siempre estar
y sentir tu cuerpo sobre el mío amar.
*********
Te iluminan el alma.
El amanecer...es esa mariposa,
que aparece...es el amor verdadero,
te aletea, te cosquillea,
juega y te conquista.
La mariposa, el amor,
sus matices de colores.
te iluminan el alma.
lunes, 7 de enero de 2008
Un poema para adentrarnos en este mes
Enero
Fría y vidriosa, la curva del cielo, rezumante de luna, inunda con blancores la apretada ciudad, toda tendida ahora, dormida. Honda se oye la voz del mar. Un no sé que temeroso atraviesa, diminuto, la gran plaza un instante ... Y de nuevo blancas, desiertas quedan las plazas. Y en las ramas yertas ni un estremecimiento ... Nada. Hiela.
LOS TRES REYES MAGOS ––Yo soy Gaspar. Aquí traigo el incienso. Vengo a decir: La vida es pura y bella. Existe Dios. El amor es inmenso. ¡Todo lo sé por la divina Estrella! ––Yo soy Melchor. Mi mirra aroma todo. Existe Dios. El es la luz del día. ¡La blanca flor tiene sus pies en lodo y en el placer hay la melancolía! ––Soy Baltasar. Traigo el oro. Aseguro que existe Dios. El es el grande y fuerte. Todo lo sé por el lucero puro que brilla en la diadema de la Muerte. ––Gaspar, Melchor y Baltasar, callaos. Triunfa el amor, ya su fiesta os convida. ¡Cristo resurge, hace la luz del caos y tiene la corona de la Vida!
Los autores del blog no se identifican necesariamente con las opinones ajenas vertidas en el mismo , reservándose el derecho de eliminar aquellas que por su contenido puedan resultar ofensivas. Todas las imágenes están tomadas de Google, si su autor desea que se retiren solo tiene que comunicarlo en los comentarios del post concreto donde estén.