Un poema para adentrarnos en este mes
Enero
Fría y vidriosa, la curva del cielo,
rezumante de luna, inunda con blancores
la apretada ciudad, toda tendida ahora,
dormida.
Honda se oye la voz del mar.
Un no sé que temeroso
atraviesa, diminuto, la gran plaza un instante ...
Y de nuevo blancas,
desiertas quedan las plazas.
Y en las ramas yertas
ni un estremecimiento ... Nada. Hiela.
Joan Maragall (traducción del catalán)
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