martes, 9 de septiembre de 2008



Tal día como hoy en 1898 fallecía Stéphane Mallarmé, poeta simbolista francés.




Bautizado con el nombre Etienne Mallarmé, al perder a su padre en 1849, fue tutelado por sus abuelos. La muerte de su hermana María le marcó profundamente. Estudió el bachillerato en Sens. En 1862, tras conocer a una joven alemana, Maria Gerhard, dejó su empleo para vivir con ella en Londres, con la idea de prepararse para ser profesor de inglés.

Excluido del servicio militar en 1863, se casó en Londres con María el 10 de agosto y obtuvo su acreditación para enseñar inglés. En septiembre, fue nombrado jefe de estudios en el Instituto de Tournon, y posteriormente en otros institutos franceses hasta 1871, año en que se instaló en París.

El 8 de septiembre de 1898, sufrió un espasmo de faringe. Pidió a su ayudante y a su hija que destruyeran sus escritos, diciendo: «No hay herencia literaria ahí...». Por la mañana, murió.

Durante años, sus veladas literarias fueron consideradas el centro de la vida intelectual parisina. Entre otros asistentes, cabe mencionar a Stefan George, Rainer Maria Rilke, Paul Verlaine, W.B.Yeats y Paul Valéry.
Autor de una obra poética tan breve como ambiciosa, el oscuro y esteticista Mallarmé inició, en la segunda mitad del siglo XIX, una renovación de la poesía cuya influencia se siente hasta nuestros días. Dueño de una sintaxis, ritmo y vocabulario poco comunes, Mallarmé creó poemas cerrados en sí mismos, lejos de cualquier realismo, donde el sentido proviene de las resonancias. En su poesía las sonoridades y los colores juegan un rol tan importante como los sentidos cotidianos que tienen las palabras, lo cual hace su traducción realmente difícil. Según algunos autores, Mallarmé es el creador de un impresionismo literario. Junto con otros poetas, tales como Arthur Rimbaud, fue incluído en el libro Los poetas malditos de Paul Verlaine.

OBRAS
* Herodías (1864)
* Preludio a la siesta de un fauno (L'après-midi d'un faune, 1865), que sirvió de inspiración a Claude Debussy para su pieza musical homónima.
* Los dioses antiguos (Les Dieux Antiques, 1879)
* Divagaciones (Divagations1897)
* Una tirada de dados jamás abolirá el azar (Un coup de dés jamais n'abolira le hasard, 1897), su última obra y la más experimental.

BRISA MARINA

Leí todos los libros y es, ¡ay! , la carne triste.
¡huir, huir muy lejos! Ebrias aves se alejan
entre el cielo y la espuma. Nada de lo que existe,
ni los viejos jardines que los ojos reflejan,
ni la madre que, amante, da leche a su criatura,
ni la luz que en la noche mi lámpara difunde
sobre el papel en blanco que defiende su albura
retendrá al corazón que ya en el mar se hunde.
¡Yo partiré! ¡Oh, nave, tu velamen despliega
y leva al fin las anclas hacia incógnitos cielos!
Un tedio, desolado por la esperanza ciega,
confía en el supremo adiós de los pañuelos.
Y tal vez, son tus mástiles de los que el viento lanza
sobre perdidos náufragos que no encuentran maderos,
sin mástiles, sin mástiles, ni islote en lontananza...
Corazón, oye cómo cantan los marineros!

Versión de Andrés Holguín


No hay comentarios: