La letrilla es una composición poética breve, dividida en estrofas simétricas al final de las cuales se repite un mismo pensamiento en uno o más versos denominados estribillos. Se desarrolla a partir del siglo XVI.
Se trata de un poema satírico y burlesco, de tono ligero por lo general, aunque también las hay de tema religioso y lírico.
Formalmente se le relaciona con el villancico o con el romance. Sus estrofas pueden ser redondillas o quintillas dobles. La rima puede ser consonante o asonante, utilizando el verso de arte menor, octosílabo o hexasílabo.
Góngora escribió algunas letrillas de tipo lírico, basadas en la lírica popular. Sin embargo, lo habitual es que las letrillas se inspirasen en algún refrán y tuviesen carácter burlesco. Las letrillas satíricas más conocidas son las de Quevedo, que rápidamente eran asimiladas por el pueblo gracias a su tono popular:
- Madre, yo al oro me humillo,
- él es mi amante y mi amado,
- pues, de puro enamorado,
- anda continuo amarillo,
- que pues doblón o sencillo
- hace todo cuanto quiero,
- poderoso caballero
- Es Don Dinero.
(Quevedo: Letrilla satírica)
Culteranismo
El Culteranismo es una estética del Barroco español dentro de la más general del Conceptismo, con el cual comparte la intención de enrarecer y aquilatar la expresión separándola del equilibrio y claridad clásicos, pero con el procedimiento opuesto de dilatar el significado en un máximo de expresión estética no para aclarar el mensaje mediante el procedimiento de la paráfrasis, sino para impresionar y confundir con lo laberíntico, sensorial y disperso de la expresión y de aplicarse fundamentalmente al género lírico y al verso en vez de a la prosa.
El estilo culterano es una amplificación no parafrástica, porque no pretende explicar, sino deleitar con el ejercicio intelectual del enigma. Se conoce a esta estética también como Gongorismo a causa de su mayor exponente español, el poeta cordobés Luis de Góngora, que contribuyó a formarla y le dio su forma definitiva.
En otros países existió una estética semejante: en Italia el Marinismo (por el poeta Gianbattista Marino); el Preciosismo en Francia y el Eufuismo en Gran Bretaña, por cierto que desde un precedente del siglo XVI español, fray Antonio de Guevara.
El Culteranismo, término despectivo creado desde la palabra "luteranismo" para parangonar a los culteranos como herejes de la verdadera poesía, es en realidad una rama de la estética barroca del Conceptismo en cuanto dificulta cortesanamente el entendimiento de la obra literaria, no mediante la concisión y la concentración de significado (la llamada agudeza de Baltasar Gracián), como era lo habitual, sino mediante su dispersión y organización en forma de enigma para ejercitar la cultura y la inteligencia en su desciframiento en una forma más dilatada y sensorial. En las artes plásticas este arte se refleja por medio de la utilización de emblemas y alegorías.
El culteranismo, profundamente estudiado por Dámaso Alonso a raíz de la celebración del tricentenario de la muerte de Góngora en 1927, se caracteriza por el abuso o concentración de algunos recuros retóricos ya utilizados por el Manierismo:
- Ornamentación sensorial del verso (aliteraciones, epítetos, etc...).
- Preferencia por una sintaxis de largos y laberínticos periodos de compleja rabazón hipotáctica.
- Latinización de la sintaxis mediante un extremo y violento hipérbaton y el uso de ciertas fórmulas, (A si no B, etc...) y construcciones propias del latín.
- Abuso de los cultismos o palabras extraídas sin cambios del latín, que de esa manera pasaron a enriquecer el idioma.
- Uso de la metáfora pura y de la imagen más audaz.
- Nobilización de lo humilde y rustificación de lo noble.
- Abundancia de perífrasis en forma de alusiones y elusiones de términos léxicos o referentes mitológicos y culturales.
- Una abundante intertextualidad entre autores latinos, griegos y modernos.
1 comentario:
Muy buena idea el ir poniendo en el blog cosas relacionadas con la poesíay sus formas. Me ha encantado. Seguir poniendo más cosas. Besos, Encarna.
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