Llega el invierno. Espléndido dictado
me dan las lentas hojas
vestidas de silencio y amarillo.
Soy un libro de nieve,
una espaciosa mano, una pradera,
un círculo que espera,
pertenezco a la tierra y a su invierno.
Creció el rumor del mundo en el follaje,
ardió después el trigo constelado
por flores rojas como quemaduras,
luego llegó el otoño a establecer
la escritura del vino:todo pasó, fue cielo pasajero
la copa del estío,
y se apagó la nube navegante.
Yo esperé en el balcón tan enlutado,
como ayer con las yedras de mi infancia,
que la tierra extendiera
sus alas en mi amor deshabitado.
Yo supe que la rosa caería
y el hueso del durazno transitorio
volvería a dormir y a germinar:
y me embriagué con la copa del aire
hasta que todo el mar se hizo nocturno
y el arrebol se convirtió en ceniza.
La tierra vive ahora
tranquilizando su interrogatorio,
extendida la piel de su silencio.
Yo vuelvo a ser ahora
el taciturno que llegó de lejos
envuelto en lluvia fría y en campanas:
debo a la muerte pura de la tierra
la voluntad de mis germinaciones.
3 comentarios:
Hola amigos!!! Por supuesto, un placer que hayáis dado con humoytinta y que queráis publicar algo, tenéis todo mi permiso.
Espero que acerquéis a fumaros algun piti por mi rincón, que yo frecuentaré el vuestro.
Un saludo
Gracias por subir a Neruda!
De niña cuando leí su frase "es tan corto el amor y tan largo el olvido..." me afectó y en algún lugar mio lo entendí con el cuerpo y el alma,
Ahora lo sé.
wow ese poEma es hermoso!!
saludOs*
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