La poeta Gracia Iglesias se encierra en una habitación transparente en la Alameda
La escritora madrileña permanecerá cuatro días dentro del cubo, a la espera de recibir los libros suficientes para construir una escalera que la ayude a salir de este espacio.
La poeta madrileña Gracia Iglesias se encierra hoy en un cubo de metacrilato del que sólo podrá salir a través de una escalera que tendrá que construir con los libros prestados por los ciudadanos en un plazo de 96 horas. Esta 'performance' denominada 'La habitación transparente' forma parte del programa del II Festival Internacional de Perfopoesía que se celebrará en Sevilla del 16 al 22 de febrero.
Iglesias se mostró "confiada" en la ayuda de la gente e informó de que los libros, una vez finalizada la escenificación que estará ubicada en la Alameda de Hércules, irán a parar a un campo de refugiados del Sáhara occidental, en colaboración con el gobierno del Frente Polisario.
'La habitación transparente' es una idea de la propia escritora, consistente en el encierro en un cubo de metacrilato con unas dimensiones de dos por tres metros de planta y tres metros de altura aproximadamente. El recipiente cuenta con unas rendijas a través de las cuales las personas que se acerquen podrán depositar sus libros y con ellos la artista ha de construirse una escalera para salir de ese espacio, en el cual permanecerá, si no recibe los libros suficientes, hasta el próximo jueves día 18. "La idea de encerrarse en una habitación durante un tiempo no es algo original", dijo Iglesias, pues en la historia de las 'perfomances' ha habido gente que ha hecho cosas muy parecidas.
Durante cuatro días y con las dimensiones "justaS" para poder dormir, la artista permanecerá encerrada día y noche con la única compañía de un saco de dormir y ropa de abrigo. Ella, "como un animal del zoo encerrado en su jaula pero con la racionalidad del ser humano y el don de la palabra, apelará a la gente para que le ayude a salir depositando sus libros para poder construir la escalera que le permita abandonar la habitación", comentó Iglesias.
En el tiempo que pase en el cubo leerá fragmentos en voz alta o recitará poemas de los propios libros "salvadores", e incluso, intercambiará sus propias poesías con los transeúntes. En principio, y como expresó la poeta, "no hay nada preparado, todo depende de la interacción del público y de lo que surja dentro del encierro", lo que tiene "claro" es que "no va a estar parada en un estado vegetativo y según la reacción del público, a cambio de sus libros les regalo un poema o fragmento de un libro".
No es la primera vez que actúa en Sevilla, donde en dos ocasiones la gente le respondió "con entrega y generosidad", aunque reconoció que fueron performances que "no pedían un alto grado de implicación ciudadana", pues una vez su participación consistía en pinchar globos y otra leer mensajes que ella lanzaba en botellas.
Se consideró una "persona de fe", aunque su entorno "no cree mucho en el final feliz", y por ello confía en los ciudadanos, pero es cierto que en este caso son los propios espectadores los que tienen que tener la iniciativa para implicarse, mirar en sus bibliotecas o comprar un libro, pues al fin y al cabo son para una buena causa y no para reciclaje". Apostó por la participación ciudadana, por el gesto solidario y por la implicación de la sociedad.
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